jueves, 13 de marzo de 2014

La historia de mandar Currículums

Hola compis,

Espero no haberos despertado. Hoy estoy en modo nocturno, pero tranquilos, que no os os voy a hacer viajar de madrugada. Sólo quería aprovechar la intimidad que da la noche y que cuando uno se está quedando dormidito en la cama se pone más filosófico. ¿Me entendéis? Esa fase del sueño donde se te ocurren las mejores cosas y surgen las conclusiones más profundas. Esas que cuando te despiertas se te han olvidado. Sí, esas mismas. Pues bien, la almohada me ha traído esta vez la reflexión de los currículums. 

Como ya sabéis, tengo 22 años y aún no hace ni un año que terminé la licenciatura. No he tenido una trayectoria muy larga como para quejarme sobre este tema, pero sí que es verdad eso que dicen que desanima muchísimo. He echado muchos currículums, muchísimos. Y creo que mi experiencia merece que la comparta con vosotros, porque estoy segura de que más de uno se sentirá identificado.

A finales del verano pasado, con la incertidumbre de no saber que iba a pasar con mi vida si no empezaba el máster, ya que no puedo estarme quieta, empecé a echar currículums. Concerté una cita con la Asesoría de Servicio Joven del Empleo del Área de la Juventud. La muchacha que me atendió, Patricia, fue muy amable y me indicó una serie de pasos a seguir y algún consejo, como estar pendiente a las prácticas ofrecidas por la UMA, o mandar el CV a una lista de empresas del sector de la producción y la publicidad malagueña. Así que me fui a casa y empecé a desarrollar mi lista de agencias de publicidad y productoras con la misma ilusión con la que se compra uno la guía del Final Fantasy VII. Una tenía que caer fijo. Al menos una entrevista. Incluso investigue sobre cada empresa para poder redactar mejor mi carta de presentación.

No sé vosotros, pero yo pensaba que lo ideal era ir al sitios y entregarlo en mano, por eso de que te vieran la cara y mostrar personalmente tu interés. Pero resulta que no, que el papel ahora da grima. Están todos muy concienciados con el medio ambiente y no te lo cogen. Repito. No te lo cogen.

- Sí, ya sé que has hecho el esfuerzo de venir hasta aquí, y que estamos donde Cristo perdió el mechero... Pero no, no te lo cojo. Que lo traspapelo entre tantas cosas. Mándamelo mejor por e-mail.

A ver, si yo lo entiendo. Seguramente en la oficina están muy ocupados, tienen mucho papeleo y es verdad que se les puede perder. Pero porfi, cógemelo. Dime que te lo mande por e-mail igual, pero cógemelo, o dame una tarjetita de esas que os habéis hecho tan chula, toda la empresa a juego, para que tenga un sitio más específico donde mandar el currículum. Así por lo menos siento que no he hecho el viaje para nada. Por que lo has hecho para nada. Vuelves a casa tan contento pensando: Bueno, por lo menos me han visto. Voy a mandar el CV enseguida para que no se olviden de mí. Yo por lo menos pensaba así y lo hacía. No sé si se acordarán de mí, yo de ellos sí, porque a día de hoy no me ha respondido ninguno. Por supuesto, no me han llamado para ninguna entrevista, pero tampoco recibí ningún e-mail tipo:

- Hemos recibido su currículum. Lamentablemente en este momento no nos quedan plazas vacantes, pero guardaremos su solicitud en nuestra base de datos. Muchas gracias.

Nada. Así que me tiré un par de semanas dándole a F5 como si no hubiese un mañana, hasta que me dí cuenta de que IKEA y Amazon iban a ser mis únicos remitentes, porque mi madre no usa el correo electrónico.

Seguro que esto os suena. Pero no hay que dejar que algo así te deprima. Tengo apuntados todas y cada una de las empresas a las que he mandado mi currículum. Las tengo en un papel y al lado de cada una de ellas hay una cruz por cada vez que les he mandado el currículum. Sí, porque hay algunas que me gustan tanto que les he mandado el CV varias veces, cada vez que tenía algo nuevo que ofrecerles que creía que podía interesarles. No me han contestado nunca, pero no pienso rendirme. Puedo ser muy pesada, y si ya hay alguna que piensa que lo soy, no ha visto nada. Ahora mismo estoy entretenida, tengo el máster, los cursos que voy haciendo, el inglés... Espera a que termine con esas cosas. Cuando acabe y ya no tenga un horario al que adaptar mi búsqueda de trabajo, ahí será cuando la líe parda. Aún no he dejado de buscar, pero siempre tengo la sensación de que podría hacer algo más para que mi búsqueda fuese más productiva. Quién sabe, también podría acosarlos por teléfono o Linkedin, aunque creo que en algunos casos eso también lo he hecho.

Por supuesto, no me olvido de mirar todos los días las prácticas de la UMA en la web ÍCARO, pero o no he desarrollado bien mi perfil o debe haber algo que falla, porque tampoco he conseguido ninguna entrevista. A ver si el problema voy a ser yo. Pero no tengo nada de malo, ¿o sí?

En fin, el caso es que:

Conseguir tu reto (CV)
Lo importante es no rendirse. Este viaje se predice largo, pero al final merecerá la pena el llegar a tu destino. No podía ser fácil. Si lo fuera, no podía ser un buen destino. Un sitio al que cualquiera puede llegar no merece la pena. Aprovecha la situación, prepárate y aprende todo lo que puedas, todo lo que necesites para llegar. No pierdas nunca el hábito de aprender cosas nuevas, porque si has necesitado muchos conocimientos para estar donde querías, más necesitarás para mantenerte allí.
Así que, por favor, no os desaniméis, que no estáis solos y nunca llueve eternamente.

Para terminar, aprovechando las horas que son y del tema del que estamos hablando, os voy a confesar que tengo un sueño: Estar en un rodaje de Juego de Tronos. ¿Creéis que algún día conseguiré hacer ese viaje? ¿Aunque sea llevando los cafés? Yo no lo sé, pero me quedan unas cuantas temporadas para intentarlo. Es importante tener sueños y a mi me gusta mucho el mío. Es grande y un poco imposible, como deben ser los sueños. ¿Vosotros tenéis algún sueño especial?

Muy buenas noches mis viajeros, nos vemos en la próxima parada, a ser posible a una hora más decente.

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